Italia ofrece una amplia y diversa gama de alojamientos para satisfacer las necesidades de todo tipo de viajeros. Las grandes ciudades como Roma, Milán, Florencia y Nápoles cuentan con hoteles modernos, hoteles boutique y palacios históricos convertidos en alojamientos. En las ciudades pequeñas y las zonas rurales son populares las casas familiares, bed and breakfasts y los agriturismos tradicionales — granjas en funcionamiento que ofrecen alojamiento combinado con experiencias gastronómicas y contacto directo con la naturaleza y el estilo de vida rural italianos.
Los destinos más buscados incluyen la Costa Amalfitana con pueblos pintorescos como Positano y Ravello, la famosa Toscana con sus viñedos y colinas, la romántica Laguna de Venecia y ciudades históricas con un rico patrimonio cultural como Pisa, Siena y Palermo en Sicilia. Además de las zonas costeras, las montañas italianas — los Alpes y los Dolomitas — ofrecen una amplia variedad de alojamientos desde refugios de montaña y hoteles wellness hasta residencias de lujo adecuadas para deportes de invierno y senderismo de verano.
Las vacaciones en la playa son muy populares, con hoteles y apartamentos con acceso directo a las playas de Liguria, Cerdeña, Sicilia y otras regiones. La oferta incluye también resorts de lujo con spa y centros wellness para clientes exigentes. Fuera de la temporada alta se pueden encontrar alojamientos más económicos incluso en las regiones turísticas más concurridas.
En agosto, todos los empleados en Italia toman vacaciones colectivas, por lo que muchos italianos viajan durante este periodo. Como resultado, el país está muy concurrido, el alojamiento suele estar completo y los precios son más altos de lo habitual. Por ello, se recomienda reservar con suficiente antelación.